La internacionalización del kartismo chileno: Un cambio de chip hacia el futuro
Por Francisca Espinoza, Directora de El Diario Pistón y Socia-Directora de ESMU Comunicaciones.
En los últimos años, hemos sido testigos de un fenómeno que está transformando el kartismo en Chile. Cada vez más pilotos nacionales de diferentes motorizaciones, como Rotax, Vortex e Iame, están cruzando las fronteras para competir en campeonatos internacionales. Estos deportistas no solo representan a nuestro país en competencias como el Sudamericano, la Final Internacional, la Grand Final o la Super Final, sino que regresan a Chile con un nuevo bagaje de experiencia y un “cambio de chip” que les permite ver las carreras de una manera completamente distinta.
Este roce internacional ha dejado una huella positiva en las grillas de nuestros campeonatos nacionales. Los pilotos que compiten en el extranjero vuelven con un enfoque más profesional, trayendo consigo un nivel de competitividad que impacta directamente en el rendimiento de las competencias locales. No solo se nota en los pilotos, sino en todo el ecosistema que los rodea: los equipos mecánicos se diferencian con una vestimenta característica y particular de sus escuderías, los kartódromos lucen marcas y patrocinios que no habríamos imaginado hace una década, y los pilotos se muestran más ordenados, con objetivos más claros y metas más ambiciosas.

Este octubre, casi 20 pilotos chilenos estarán representando a nuestro país en Italia, compitiendo en la Super Final de Rok Cup y en la Grand Final de Rotax Max Challenge. Y no solo eso, otro grupo de pilotos se prepara para los FIA Motorsports Games que se celebrarán del 23 al 27 de octubre en Valencia, España, donde competirán en diversas categorías del automovilismo. Sin duda, nos encontramos en el mejor momento del kartismo chileno, con una delegación completa compitiendo a nivel internacional, algo que hace unos años parecía un sueño lejano.

No puedo dejar de mencionar a uno de los ejemplos más destacados de esta nueva generación: Agustín Sepúlveda, quien este año compitió por segunda vez consecutiva en el Campeonato Mundial de Karting. Es imposible no recordar que este mismo campeonato fue testigo de los primeros pasos internacionales de Nico Pino, un joven piloto chileno que hoy es embajador de nuestra bandera en las categorías más altas del automovilismo mundial, siendo piloto de McLaren y Stellantis. No olvidemos que Pino ostenta el récord de ser el piloto más joven en la historia en subir al podio de las 24 Horas de Le Mans, la carrera más prestigiosa del mundo del automovilismo.

En Chile, a menudo caemos en la trampa del “chaqueteo”, esa tendencia tan dañina de no valorar lo que hace el otro, de minimizar los logros ajenos. Sin embargo, hoy más que nunca, es momento de reconocer el esfuerzo y la dedicación de cada piloto, mecánico, preparador, jefe de equipo y, por supuesto, de sus familias. Todos ellos han dejado todo para que estos jóvenes talentos puedan competir en tierras extranjeras, buscando oportunidades, aprendizaje y superación personal.
Este es un logro colectivo, fruto de la pasión y el sacrificio de muchos. Por ellos, y por todos aquellos que hacen posible que el kartismo chileno brille en escenarios internacionales, vale la pena escribir y celebrar. Nos encontramos en una era dorada para el automovilismo nacional, y el futuro promete aún más éxitos.